La erradicación de un virus en general y también en el caso del VIH, pasa por la detección precoz de la infección y el acceso universal de los pacientes a los tratamientos de alta eficacia, a poder ser nada más realizado el diagnóstico.
Se aconseja también por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la profilaxis previa a la infección en las personas de riesgo y el estimular programas de cambio de comportamientos con el fin de evitar la transmisión.
Hoy día a pesar de los avances que se han producido, la mitad de las personas que viven con el VIH en el mundo no saben que han adquirido el virus y por lo tanto no reciben tratamiento que puede salvar sus vidas y evitar contagiar a otras personas.
La OMS ha informado que en el año 2014 se consiguió reducir las muertes por el VIH en un 42% y que desde el año 2000, gracias a los progresos alcanzados, se han salvado unos 7,8 millones de vidas, lo que hace estimar que en 2030 se pueda acabar con la epidemia a nivel mundial. La ampliación del acceso a la terapia antirretroviral es uno de los mayores logros de la salud pública en los últimos tiempos, ya que ha hecho que el tratamiento esté disponible para más de 16 millones de personas que viven con el VIH en todo el mundo, aunque todavía queda un 60% de pacientes que no lo reciben.
Está admitido científicamente que un tratamiento eficaz y controlado aumenta la expectativa y calidad de vida de los pacientes y lo que es más importante se reduce el riesgo de transmitir el virus a su pareja sexual.
Para que estas recomendaciones se puedan implantar, los distintos países deberán hacer un esfuerzo adicional para reforzar sus sistemas de diagnóstico temprano y ampliar su capacidad de ofrecer tratamiento a todos aquellos que lo necesiten, con un objetivo mundial de ampliar hasta el 90% de los seropositivos el acceso al tratamiento de aquí al año 2020 a fin de poder acabar con la epidemia en 2030. De esta forma, el VIH podría ser erradicado en 15 años si se intensifican los esfuerzos para combatirlo según informes de la OMS.
En España, de los 3366 nuevos diagnósticos de VIH que se produjeron en 2014, el 46,2% se hizo tarde, debido muy probablemente a barreras psicosociales que están influyendo en el diagnóstico temprano de la infección en nuestro país. Las barreras fundamentales son las relacionadas con el sistema sanitario y con el estigma, pero además existen otros factores determinantes como son la percepción de riesgo, el hecho de no sentirse capaz de ir a hacerse la prueba, la cercanía a personas que se hacen el test, la generación de emociones estresantes por saberse infectado por el virus, etc.
El paciente seropositivo y bien tratado desarrolla una vida normal tanto desde un punto de vista profesional y laboral como social con una integración plena y sin riesgo de transmitir el virus.
Fuente: Diariomedico.com. Disponible en: